—Ah,señorita, ya está aquí. Siempre sois tan puntuales. Supongo que le debo una explicación mientras se va desnudando. La verdad es que la olvidará en cuanto salga otra vez por esa puerta pero al menos tendrá un alivio momentáneo.

—Vaya quitándose la ropa, por favor. Verá, siempre que me contratan para dar una de mis conferencias exijo que la azafata que me acompañará dentro del lugar y se ocupará de mí sea una persona agraciada y altamente sugestionable. Obviamente usted no lo recuerda pero en los dos minutos que pasamos juntos a solas antes de aparecer en el salón la hipnoticé y le implanté unas cuantas órdenes posthipnóticas.

—Cómo bien recordará de mi conferencia, nadie hace nada en contra de su voluntad así que realmente usted está aquí porque se siente atraída por mí. Lo que se suele ocultar es que la atracción si que es artificial. He redirigido hacia mí la atracción sexual que siente hacia su pareja y hacia otras personas famosas. Así que, señorita, arrodíllese porque en cuanto chasquee los dedos sabrá delante de quien está y a quien debe complacer, ¿verdad, señorita?

SNAP