Las señales estaban claras: la boca un poco entreabierta fruto de su mandíbula relajada; esa mirada perdida con las pupilas dilatadas; la respiración lenta y pausada.
Sí, mi compañera de piso estaba otra vez chateando con ese tipo que la hipnotizaba de cuando en cuando. Eché un vistazo desde lejos por encima del hombro y vi una espiral en la pantalla de su ordenador. «Vaya, esto es nuevo», pensé. Violeta me hablaba de vez en cuando de sus sesiones de texto pero no de que incluyeran espirales.
Intrigada me fui acercando a la pantalla, para mi sorpresa no era una espiral sino una especie de hexágonos. Tenía que reconocer que eran atrayentes.
El patrón era hipnótico, como no podía ser de otra forma. No, espera. Sí había una espiral. Parecía que se formaba por el movimiento de las figuras. Era muy sutil, casi imperceptible. Decididamente era un gif muy curioso. Conforme me iba acercando atraída por esa imagen repetitiva me di cuenta de que Violeta estaba diciendo algo pero de forma muy tenue, apenas audible.
La… Va… Su… Hi…
La… Va… Su… Hi…
Los hexágonos me tenían absorbida y la cadencia que recitaba Violeta era como un gota a gota en mis oídos.
Lau… Va… Su… Hi…za…
Lau… Va… Su… Hi…za…
Poco a poco la iba percibiendo mejor pero cuanto más escuchaba menos las oía, toda mi atención estaba puesta en los hexágonos…
Laur… Vac… Sumi… Hi.. tizada
Laur… Vac… Sumi… Hi.. tizada
Al final sus palabras iban resonando en un eco. Me arrullaban mientras los hexágonos me atrapaban más y más…
Laura… Vacía… Sumisa… Hipnotizada
Laura… Vacía… Sumisa… Hipnotizada
Y ni siquiera fui consciente cuando mi propia voz se unió a la letanía.
Vacía… Sumisa… Hipnotizada
Vacía… Sumisa… Hipnotizada
Si me hubiera fijado en el reflejo de la pantalla me hubiera visto la boca un poco entreabierta fruto de mi mandíbula relajada; esa mirada perdida con las pupilas dilatadas; la respiración lenta y pausada.
La señales estaban claras: hipnotizada.