Hipnokinkster por sorpresa
by Espadachin
Me encontraba tranquilamente en el laboratorio del colegio jugando con un muelle de esos de juguete, grandes, que algunos usan de antistress, moviéndolo de lado a lado, haciendo un ruido un tanto especial.
Yo seguía desplazando la onda del muelle pero al cabo de unos momentos me percaté de que ya no había ruido en la habitación pero tampoco había escuchado la puerta. Levanté la mirada y me encontré a Marta mirando fijamente el muelle con la boca un poco entreabierta.
—¿Qué te pasa, Marta?
Enarqué una ceja ante lo que estaba pasando, su lenguaje corporal me estaba gritando muy fuerte que no era una broma, pero no podía ser tan sencillo.
—No, me gusta mucho que me hipnoticen. Me pone.
—¿Eres una hipnofetichista, Marta?
—Que te excitas cuando te hipnotizan o ves hipnotizar a otros.
—Y ahora mismo estás excitada.
Sin dejar de mover el muelle, me levanté la silla e invité a Marta a sentarse mientras me acercaba a la puerta, lo más rápido que pude interrumpí el movimiento del muelle para cerrarla a cal y canto. Vi a Marta parpadear y mirar hacia otro lado pero inmediatamente el sonido del muelle atrajo su mirada de nuevo hacia las oscilaciones.
—Uh…
—Cuéntame, Marta, ¿cómo descubriste que te ponía la hipnosis?
Las clases han terminado, ya no queda casi nadie en el colegio pero Marta ha sentido una extraña necesidad de volver al laboratorio. Nada más entrar su mirada volvió a posarse en el muelle oscilante y todos sus pensamientos se disolvieron.
Iba a divertirme un poco con todo lo que había descubierto sobre ella antes de que se volviera a la universidad. Quitaba mejor el estrés que el muelle, desde luego.