El bosque
by Espadachin
Había palabras en el aire, susurros entre las ramas, olores que nublaban su entendimiento. Paulina solo quería bailar al ritmo de los sonidos que escuchaba y desnudarse para sentirse libre.
Todo su cuerpo comenzaba a bullir de placer. Quitarse la ropa era una necesidad imperiosa. Después de eso vendrían los picos de placer que primero la llevarían hasta el límite de su excitación para negarle el último placer para luego llegar al orgasmo más fabuloso que había experimentado jamás.
Mientras, ella bailaba y se desnudaba para unos ojos invisibles. Los ojos de unos seres que canalizarán su energía sexual como vampiros ávidos de sangre.
A la mañana siguiente despertará desnuda, exhausta, confusa, con los olores del bosque todavía nublando su mente y mezclados con su propio aroma sexual. Aún así, los flashes de su memoria serán placenteros y relajantes.
Paulina había entrado en el bosque y el bosque la había hipnotizado.