De casualidad
by Espadachin
Esa noche había decidido que iba solo a salir con amigos, sin más pretensiones. Nada de ropa interior sexy, maquillaje muy ligero, ni siquiera las lentillas.
Todo cambió cuando un ligero codazo hizo que derramara su copa. Un chico con una sonrisa irresistible le pidió perdón inmediatamente y pidió algo para limpiarla. Por suerte solo llevaba una camiseta que ni siquiera era su favorita. Comenzaron a charlar. Cuando el chico fue a mirar la hora sacó un reloj de bolsillo. A ella le hizo gracia, es como un cliché de los hipnotizadores y comentó que una vez la habían hipnotizado y que le había gustado.
Él la miró sorprendido, curioso. «¿Te gustaría volver a sentirlo? ¿Te gustaría volver a ser hipnotizada? Ven a casa conmigo o vamos a la tuya.» Ella se mordió el labio, la verdad es que la hipnosis le ponía muchísimo. Y el chico era muy mono.
Esa noche cumplió gran parte de sus fantasías. Fue hipnotizada de tantas formas distintas y llegó a tantos orgasmos que su mente es un recipiente vacío de pensamientos propios. Ahora mismo su mente está volviendo a ser rellenada por la espiral que está contemplando en la pantalla y la voz del chico.
Ha encontrado un amo y el amo es feliz con ella. Está plena.
Esa noche cumplió gran parte de sus fantasías. Fue hipnotizada de tantas formas distintas y llegó a tantos orgasmos que su mente es un recipiente vacío de pensamientos propios. Ahora mismo su mente está volviendo a ser rellenada por la espiral que está contemplando en la pantalla y la voz del chico.
Ha encontrado un amo y el amo es feliz con ella. Está plena.